El aspecto económico habla a favor de los turbohélices, porque en rutas cortas el turbohélice suele ser más barato de operar que un reactor. Los turbohélices también pueden aterrizar y despegar en aeropuertos donde la pista es demasiado corta para los reactores. Con los turbohélices, muchas aerolíneas también tienen la opción de dejar el avión in situ, lo que elimina los costosos vuelos de posicionamiento para el cliente.
Algunos ejemplos de aviones turbohélice y de pistón
BEECH KING AIR 250
PIAGGIO AVANTI 180
DIAMOND DA42